Para entender mejor el efecto de la luz, hay que tener en cuenta nuestros patrones de comportamiento aprendidos y los procesos en el cuerpo. Arvid Niemeyer explica: " Simplemente, hemos interiorizado el ritmo del día y de la noche. También se habla del ritmo circadiano, es decir, del ritmo de vigilia-sueño, que se distribuye durante un período de unas 24 horas". Nuestro cuerpo se ha adaptado a este ritmo, funciona de forma diferente durante el día que durante la noche. El ojo desempeña un papel decisivo aquí. "Las investigaciones muestran que en la retina de nuestro ojo no solo hay receptores para la visión nocturna y del color, sino también un tercer tipo de receptores. Lo especial de este tercer tipo es el hecho de que controla las hormonas del cuerpo". Este conocimiento y las conclusiones que se derivan de él son la base del concepto de Human Centric Lighting.