Llegó en el momento justo: El Audi 50, el primer coche pequeño de un fabricante alemán, se lanzó en 1974, poco después del inicio de la crisis del petróleo en 1973. Su consumo de combustible era económico y su diseño pionero: tracción delantera con motor transversal, portón trasero de dos puertas con un gran maletero y respaldo abatible, dimensiones exteriores compactas, y un comportamiento en carretera y unas características de conducción atractivos. Además, el Audi 50 fue el prototipo del VW Polo, estructuralmente casi idéntico, que se lanzó siete meses después, aprovechando las sinergias dentro del Grupo Volkswagen, que ya eran una receta para el éxito hace medio siglo.
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